lunes, 27 de octubre de 2008

YA NO HAY DULCES PARA MI


Resultó que era cierto, a estas alturas ya nadie te quiere y nadie soporta tus bromas, esas que antes desbordaban lagrimas de risas; no me permito ser mas un soñador, este año estaré solo en casa, en alguna casa, deambulando en pensamientos infructuosos, almorzando un cuentico a la Welsh y sorbiendo una botella japonesa, tal vez esa de Duk; afuera los niños saltando como pájaros, inyectándole un poco de vida a la mentira: princesas, el principito, ratoncitas, piratas, mariposas, leoncitos, todos ellos reanimarán la fantasía, se tomarán las avenidas; por mi parte, el medico recomendó bajarle al nivel de azúcar en la sangre y de todos modos el disfraz de super-héroe ya me ha quedado corto.

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